Consigue unos "objetivos de trabajo" perfectos

Mide los espacios

Lo primero que debes hacer, por descontado, es medir la superficie del encargo: las paredes y molduras, en centímetros cuadrados, y restando el espacio de ventanas, puertas y otros elementos. Solo una vez que tengas estas cifras podrás acordar con el cliente cuánta pintura necesitas y cuáles serán los objetivos del trabajo de pintura.

Prepara el espacio

Este es un ámbito del que los clientes se suelen olvidar, por lo que dejarlo claro en el presupuesto te ayudará a desarrollar el proyecto sin complicaciones. Las habitaciones podrían contener muebles, que hay que retirar, almacenar o proteger. Presupuesta todos los posibles costes.

Evalúa las superficies

Comprueba el estado actual de todas las superficies (paredes y estructuras de madera y metálicas) que se deben decorar y piensa en el tiempo y los materiales necesarios para prepararlas. Entre las tareas de preparación podrían presentarse trabajos que requieren mucho tiempo, como la retirada de papel pintado, el lijado de molduras de madera o la realización de enlucidos.

Acuerda cuál debe ser el acabado

Cuando hayas acordado qué superficies se incluirán en el encargo, deberás determinar qué nivel de acabados desea el cliente. Ofrécele tus conocimientos y recomienda el tipo de pintura, número de manos, imprimaciones o primeras capas que pudiera necesitar.

Escoge la pintura

Por último, redacta una lista de todas las pinturas que vayas a usar, incluidos sus códigos de color, y sobre qué superficies irá cada tipo de pintura. Cuando tengas todos estos elementos, estarás listo para preparar un presupuesto preciso.