Un presupuesto empresarial preciso hará que tu negocio sea rentable y que el cliente confíe en tu trabajo. Además, por descontado, y a diferencia de un cálculo informal, el presupuesto suele ser vinculante.

Mide bien

Aunque algunos clientes estén dispuestos a ayudar, es mejor no fiarse de sus mediciones. Pasarse al medir la zona puede hacer que el presupuesto se dispare, pero si se mide de menos, se resentirán los beneficios. Tómate tu tiempo y usa una cinta métrica o una herramienta digital de medición y resta el área de las ventanas y las puertas al medir las paredes. Así tendrás toda la información necesaria para calcular los costes de un proyecto.

Cubre los extras

Además de los costes básicos del proyecto, como la pintura y la mano de obra, ten en cuenta los extras. ¿Podrás completar el trabajo con las herramientas que tienes o tendrás que hacerte con equipo nuevo? Piensa también si necesitas preparaciones especiales o si algunas superficies, como el mármol o la madera, necesitarán protección adicional, y si deberás contratar a más trabajadores para algunas partes del encargo.

Comprueba tus precios

Calcula bien tus costes: los precios cambian, y puede que pierdas beneficios si haces el presupuesto sobre la base de precios antiguos. Comprueba también la disponibilidad de productos: ¿la pintura llegará a tiempo para empezar a trabajar? ¿Podrás contar con tus socios habituales o puede que tengas que llamar a alguien más caro?

Entra en detalle

Desglosa y detalla los objetivos de trabajo, incluidos todos los materiales, trabajos preparativos, número de manos y volumen de pintura para cada acabado, el plazo esperado y todos los trabajos especializados que necesites. Así podrás garantizar la precisión del cálculo y harás ver al cliente que el presupuesto es fiable. Si eres exhaustivo en esta etapa, demostrarás que tus servicios también serán muy profesionales

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