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¿Has recibido un nuevo encargo? Adelántate a lo que pueda pasar con nuestra lista de señales de advertencia para nuevos proyectos de pintura
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El trabajo ya está empezado
A veces, los nuevos proyectos de pintura no son realmente tan nuevos, o han sido abandonados por otro pintor o por el dueño de la casa, que se dio cuenta de que no contaba con el tiempo o con las capacidades para terminarlo. Puede que este no sea un motivo para rechazar un trabajo, pero es útil saber exactamente qué se ha hecho y por qué. Si un cliente no se ha comportado de forma razonable con otro pintor, podría ocurrirte lo mismo a ti.
Tu cliente es un manitas
Aunque no se hayan remangado aún, algunos clientes querrán echarte una mano, ya sea porque les gusta trabajar en la decoración de su casa o porque quieren ahorrar costes. Si un cliente participa en su propio encargo, sé claro en relación a las normas y deja por escrito que no te responsabilizas de la calidad de su trabajo. Unos objetivos de trabajo detallados resultan cruciales a este respecto.
Aún no has conocido al "jefe"
Tienes que decidir los objetivos de trabajo de cualquier nuevo encargo con la persona que vaya a pagar por él, que es finalmente quien suscribe tu contrato. Asegúrate de que sea esa persona quien apruebe los acuerdos y no un amigo o familiar suyo. Si trabajas para una pareja, asegúrate de que ambos estén de acuerdo en decisiones como el color o qué superficies se han de pintar.
Nadie quiere responsabilizarse
¿Tu cliente es impreciso sobre qué quiere? ¿Es propenso a que las decisiones se tomen en función de lo que "tú creas que es mejor"? Si el cliente no deja bien claro qué quiere desde el principio, ayúdale y aconséjale, pero insiste en que la decisión es suya. Después asegúrate de que lo que decida esté incluido en el contrato con el cliente y los objetivos de trabajo.
Ignoran tus consejos
Ofrecer consejos sobre cuáles son los mejores acabados es una buena manera de demostrar tus conocimientos. Y aunque es importante no elegir los colores en nombre del cliente (esa es una decisión que debe tomar él), ten cuidado con los que no quieren escuchar tu opinión en absoluto, o con los que insisten en optar por acabados que sabes que no son los adecuados para determinadas superficies. Al final, puede que te echen la culpa si no les satisface el resultado.
Decide los objetivos de trabajo con la persona que paga, ya que, en definitiva, suscribes el acuerdo con ella
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